viernes, 24 de abril de 2009

Apariencias

Era una mañana gris, totalmente apropiada para un entierro. Fue como si el cielo también quisiera expresar su dolor y apoyar así de alguna forma a la joven muchacha embarazada que ahora quedaba viuda y aparentemente sola tras el horrible suceso.
Probablemente fue la que menos lloró durante la ceremonia, ella era fuerte, necesitaba ser fuerte, tenía que serlo. Pero eso no significaba que no sintiera dolor.
Pasaba las noches en vela empapando su almohada, entre las mantas que solían arroparlos a los dos, en esa cama llena de recuerdos.

A partir de entonces, cuando tenía que salir a la calle y enfrentarse al mundo real pasaba horas maquillándose delante del espejo para disimular las ojeras, para estar más guapa y preciosa que nunca. Pisaba así el frio asfalto con firmeza, con la mejor de sus sonrisas y hasta se paraba a hablar con sus vecinas y conocidas del barrio con total tranquilidad, como si nada hubiera ocurrido.
No hizo falta mucho tiempo para que la gente empezara a criticarla, se escuchaban opiniones de todo tipo pero sobretodo, había quien decía que había perdido la cabeza, y quien simplemente pensaba que había salido ganando con la muerte de su marido por motivos económicos. Sea como fuere, todos empezaron a mirarla mal en el vecindario y ya apenas le dirigía la palabra nadie del barrio.
Ella no era tonta, podía imaginarse perfectamente a qué se debía ese comportamiento pero aun así no cambió su actitud lo más mínimo. Seguía vistiendo sus mejores trajes, luciendo la mejor de sus sonrisas y pasando cada día tratando de disfrutar una vida que para muchas otras personas estaría vacía.

Pasaron los meses y nació su pequeña. Supongo que fue en ese momento en el que la vida latía con más fuerza que nunca cuando alguien se acordó de la muerte y reunió así el valor suficiente para preguntarle por fin, por qué se había comportado de aquella extraña manera.
Había estado esperando tanto tiempo aquella pregunta que sintió que iba a empezar a llorar de alegría por segunda vez en un mismo día, pero pudo contenerse y esto fue lo que dijo:

"Cuánto dura la muerte? por cuánto tiempo se debe llorar a un ser querido? no te se responder a esas preguntas. Nadie sabrá hacerlo, porque solo son apariencias, formalismos. El dolor que cada uno pueda sentir se lleva por dentro, siempre va a estar ahí. Yo solo me limitaba a pensar en cómo se sentiría él al ver que no solo me había dejado sola, sino que me había matado a mi también. Debía comportarme así? No. Yo me vestía cada día para él, sonreía cada día para él y trataba de disfrutar por él. Porque sé que él me está obervando y no quiere verme triste. El hecho de que la gente no sea capaz de entender esto no me importa lo más mínimo.
Al fin y al cabo en este mundo todo son apariencias"


Espero que alguien sea
capaz de entenderlo
Esther