Como siempre voy escuchando viejas canciones, algunas de ellas
demasiado gastadas de tanto oírlas. De vez en cuando no puedo evitar presionar el botón y cambiar de tema.
Mientras tanto voy pensando en mis cosas... qué haré cuando llegue a casa, planes para el día siguiente, o incluso para los próximos meses.
Mientras tanto voy pensando en mis cosas... qué haré cuando llegue a casa, planes para el día siguiente, o incluso para los próximos meses.
De repente un parpadeo naranja llama mi atención.
Destaca por encima de todas las luces de la ciudad, del resto de vehículos y
de los semáforos. Mis ojos van directos al retrovisor, una ambulancia trata de
abrirse paso entre el abundante tráfico.
En ese momento, y
durante unos segundos más tarde, es como si todo quedase en silencio. Los
conductores nos sincronizamos y abrimos un pasillo para que pueda seguir su
camino. Una parte de mi piensa que es como dejar paso a la muerte, o a la
tragedia, que una vez más le ha tocado a otro.
Después supongo que todos agarramos un poco más fuerte el
volante, que ponemos los cinco sentidos en la carretera, que…
Vuelvo a pasar de canción.
Esther